En una trama de corrupción ha salido a la luz en torno a la construcción de una pista de salto ecuestre supuestamente financiada por Banorte para la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade). Según las investigaciones de Proceso, la Conade habría autorizado el uso de fondos destinados al deporte de alto rendimiento para esta obra, que nunca llegó a concretarse.
El programa de Estímulo Fiscal al Deporte de Alto Rendimiento (Efideporte) habría sido el vehículo utilizado para desviar los recursos, los cuales debían haber sido destinados al Servicio de Administración Tributaria (SAT). En lugar de ello, se habrían utilizado para financiar una obra inexistente, generando pérdidas millonarias y un evidente incumplimiento de la normativa vigente.

El monto desviado, estimado en 15 millones de pesos, representa un grave caso de malversación de fondos que podría tener consecuencias legales para los responsables. Además, pone en entredicho la efectividad de los mecanismos de control y supervisión en el manejo de los recursos públicos destinados al deporte.
Tanto la Conade como Banorte enfrentan ahora serias interrogantes sobre su gestión y transparencia en el uso de los recursos públicos. Este escándalo no solo afecta la credibilidad de las instituciones involucradas, sino que también evidencia la urgente necesidad de fortalecer los mecanismos de rendición de cuentas en el ámbito deportivo y financiero del país.