Tensiones en Oriente Medio: Intercambio de Ataques entre Irán y Pakistán Aumenta la Inestabilidad

En un episodio reciente, los cimientos de un orden aparentemente desarticulado se han sacudido, y Teherán ha pasado de formar parte del Eje de la Resistencia a ser el centro radial de este, orquestando guerras recientes por delegación. El martes pasado, Irán lanzó ataques con drones y misiles contra lo que identificó como bases del grupo yihadista Yaish al Adl en la región fronteriza paquistaní de Baluchistán. Esta acción fue en represalia por un ataque previo del mismo grupo a una comisaría en la provincia iraní de Sistán y Baluchistán el mes pasado, donde murieron 11 agentes. Operaciones similares se llevaron a cabo anteriormente en la región kurda de Irak y en Siria.

La respuesta rápida de Pakistán no se hizo esperar, atacando posiciones de presuntas formaciones terroristas en el sureste de Irán al día siguiente, desencadenando una grave crisis bilateral que afecta a la región compartida de Baluchistán. A pesar de ser la provincia más pobre y menos desarrollada en la zona, Baluchistán tiene una gran importancia debido a sus reservas minerales y su posición estratégica. Acoge el único puerto oceánico de Irán, Zahedan, así como el puerto de Gwadar en Pakistán, el tramo final del Corredor Económico China-Pakistán, un eje crucial que atraviesa el país de norte a sur. Tanto Irán como Pakistán desempeñan un papel central en el proyecto geopolítico de integración de Eurasia, la Iniciativa de la Franja y la Ruta liderada por Pekín, la cual podría verse amenazada si las hostilidades se intensifican.

Teherán percibe que Occidente podría estar instigando una guerra por delegación a través del Estado Islámico o, en este caso, de los grupos baluchíes que llevan a cabo ataques en su territorio. El reciente acercamiento entre Islamabad y Washington, después de la crisis constitucional que llevó a la destitución del entonces primer ministro Imran Khan en 2022, podría contribuir a esta percepción. Irán se encuentra actualmente en un período crítico, marcado por la masacre del ISIS en Kermán el 3 de enero, el atentado más mortífero desde la revolución de 1979, y el creciente descontento público contra el régimen teocrático.

Desde la perspectiva de Islamabad, que enfrenta múltiples dificultades, incluido un alto nivel de endeudamiento del país y el aumento de las actividades terroristas, la violación de su soberanía territorial abre un frente de confrontación con una nación vecina con la que ha mantenido relaciones volátiles desde la Revolución Iraní. Aunque ambos países expresaron su intención de reducir las tensiones el viernes, el hecho de que Irán haya atacado a un aliado nuclear de Estados Unidos plantea preocupaciones. No obstante, surgen preguntas sobre el peligro de una posible escalada futura que lleve la inestabilidad de Oriente Próximo a Asia Meridional.

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En Medio de los Medios

con Víctor Hernández