Paloma Nicole: víctima de la sociedad de consumo

Sin Censura.-

Por: Víctor R.Hernández

Indiscutiblemente que el caso de Paloma Nicole Arellano Escobedo, de 14 años, es un acontecimiento que nos debe llevar a una profunda reflexión sobre los caminos que tenemos que abandonar para recuperar la vida de valores que hace años, fueron expulsados de nuestros respectivos hogares y 

sustituidos por elementos superfluos que nos han convertido en una sociedad desechable.

Ayer, mientras monitoreaba los noticieros electrónicos me encontré con tres notas que me llevaron a la siguiente reflexión:

Claro, primero el contexto.

  1. El pasado fin de semana, a través de las redes sociales se disparó el tema del fallecimiento de la adolescente Paloma Nicole Arellano Escobedo, de 14 años, quien fuera sometida a dos cirugías estéticas, con el consentimiento de su madre. Quienes conocieron a Paloma, coinciden en que era una bella damita. Un ser humano que gozaba de la amistad de muchos compañeros de colegio. Para nada necesitaba más arreglos, aseguran.

Sin embargo, su mamá, quien lleva varias cirugías estéticas, estaba convencida que su hija debía de mejorar estéticamente y decidió convencerla para que recibiera esos beneficios como un adelanto de cumpleaños.

Paloma Nicole Arellano pertenecía a la Generación Alfa, cuyos elementos que los distingue de las otras generaciones, son los siguientes.

Nativos digitales: Son la primera generación nacida enteramente en el siglo XXI y son inseparables de la tecnología, como smartphones y tablets. 

Hiperconectados: Pasan mucho tiempo en pantalla y están acostumbrados a tener la información al alcance de la mano, lo que los convierte en la generación más conectada del mundo. 

Aprendizaje visual y experiencial: Prefieren el contenido en video y las experiencias inmersivas de realidad aumentada (RA) y virtual (RV), que les permiten interactuar de forma más sensorial. 

Independientes y autodidactas: Desarrollan un mayor grado de independencia y están preparados para aprender de forma continua y aplicar nuevas capacidades de aprendizaje. 

Conciencia social y sostenibilidad: Al igual que las generaciones anteriores, muestran interés por temas como el cambio climático y la sostenibilidad. 

Personalización y consumo online: Están acostumbrados a personalizar todo y a un entorno donde pueden comprar principalmente en línea, buscando marcas que les transmitan un valor. 

Es este último elemento, la permanente búsqueda de marcas que le den valor a la personalidad, la que posiblemente influyó en Paloma para aceptar la propuesta de su señora madre, quien en la vida social se ha distinguido por estar actualizando su figura, aprovechando que su compañero de vida es medico cirujano estético.

En su libro sobre la educación en un mundo líquido, Sygmunt Bauman,  filósofo y sociólogo polaco, al analizar a la sociedad líquida del Siglo XXI, considera que el principal elemento que nos distingue es que “Ahora somos todos consumidores. Ante todo y en primer lugar somos consumidores, consumidores por derecho y por deber. Después del ataque del 11 de septiembre de 2001, George W. Bush apeló a los americanos para que superaran el trauma y volvieran a la normalidad, y a tales efectos sus palabras fueron: <<Vuelvan ustedes a comprar». Lo que nos sirve como medida básica para evaluar nuestro lugar y nuestra calificación social en la carrera para alcanzar el éxito en la vida, es el grado de nuestra actividad como compradores y la facilidad con que desechamos un obieto de consumo para reemplazarlo con otro nuevo y mejor»”. 

“Buscamos una solución  en las compras y tiendas cada vez que necesitamos alejarnos de los problemas igual que lo hacemos cuando vamos en busca de satisfacciones.

“Desde la cuna hasta la sepultura se nos entrena y ejercita para que nos acerquemos a las tiendas, como si éstas fueran farmacias repletas de drogas que sanan o cuando menos mitigan todas las enfermedades y aflicciones de nuestras vidas personales y de nuestra vida en común. 

“En consecuencia, las tiendas y la acción de comprar adquieren una dimensión escatológica plena y verdadera. Expresado con las famosas palabras de George Ritzer, los supermercados son nuestros templos, Y yo añadiría, la lista de la compra es nuestro breviario, mientras que los paseos por los centros comerciales se han convertido en nuestros peregrinajes.

“Nuestras emociones más intensas consisten en comprar de forma impulsiva y luego librarnos de las posesiones que ya no son lo suficientemente atractivas, para en su lugar colocar unas que nos resulten más atractivas. La plena satisfacción del placer del consumidor significa la plenitud vital. Compro, luego soy. Comprar o no comprar, ésta es la cuestión.

“Para los consumidores imperfectos, estos no poseedores con temporáneos, comprar es el irritante estigma de una vida no realizada, una vida de vacío que no es buena para nada. “Significa no sólo la ausencia de placer, sino también la ausencia de dignidad humana. La falta de sentido de la vida y, en última instancia, de humanidad y de cualquier otra base en la que fundamentemos el propio respeto y el respeto de quienes nos rodean.

Los supermercados son los templos de culto para los miembros de la congregación. Pero para quienes están anatemizados, para esos que son considerados deficientes y están proscritos de la Iglesia de los consumidores, estos templos son los puestos de avanzadilla que el enemigo ha elegido en la tierra de la que ellos se encuentran exiliados. Sus baluartes, sólidamente fortificados, les impiden a ellos el acceso a unos bienes, a la vez que protegen a otros de sufrir un destino similar al suyo: George W. Bush no tendría más remedio que estar de acuerdo, bloquean el camino de retorno (y el acceso de aquellos jóvenes que nunca han llegado a sentarse en un banco de la Iglesia)… (Pags.: 109,110, 111).

Paloma Nicole compró la propuesta materna de lucir un mejor cuerpo (sin necesitarlo), para darle, primero, gusto a su madre (aseguran quienes la conocieron) luego presumir en sus selfies de Instagram, TikTok o Facebook, una mejor apariencia que le permitiría estar dentro del círculo cerrado de las bellas del mundo ON.

2. Por ello, de poco sirve la propuesta de la diputada Gabriela Vázquez Chacón, de legislar sobre la prohibición de cirugías estéticas a menores de edad.

“Legislar muy cuidadosamente en el tema de las cirugías estéticas para menores de edad. Claro, habrá ocasiones en que sean necesarias por algún accidente o por problemas de salud…”

“La situación que pasó es lamentable, es una tragedia, y nos tiene que abrir los ojos en muchos aspectos…”

Si se legisla en Durango, la filosofía de consumo y de desecho que define la personalidad del ciudadano del Siglo XXI, buscará otras entidades en donde sí se permita. El tema no es prohibir, es educar en los valores, para que dominen el instinto consumista.

3. Y este mundo del consumismo extremo nos a apartado de la realidad, de lo eminentemente necesario para vivir y convivir en comunidad, que esta cultura de lo superfluo y desechable, envuelve a toda la sociedad por igual, sean pobre o ricos.

Y es que en el mismo noticiero en que vi la nota de Paloma y de la diputada Gabriel, también presencie los siguientes hechos que refuerza esta “cultura” del consumo extremo sobre objetos que no son necesarios para nuestra convivencia dentro y fuera de la familia.

3. Elementos de la policía municipal detuvieron, en dos hechos semejantes, a dos mujeres, una de 39 años y otra de 42. Las dos fueron sorprendidas con mercancía como cremas corporales, pasta dental. Fueron encarceladas por varias horas.

El primer caso se reportó desde Soriana Jardines. De acuerdo con el parte policiaco, una mujer de 42 años quiso sacar de la tienda dos botellas de champú y dos cremas corporales sin pagar. Se le aplicó un arresto administrativo.

El segundo caso se registró en Soriana Centro. Una joven de 39 años decidió salir sin pagar un suéter, un jabón líquido y una pasta dental. También recibió un arresto de 36 horas.

¿Por qué arriesgar su dignidad, su prestigio y su libertad por productos que no son necesarios para vivir? Porque los han hecho indispensables para su realización personal. 

La situación sería distinta si las hubieran sorprendido con alimentos básicos y que demostraran que carecían de recursos para adquirirlos. Pero ¿ir a la cárcel por una crema corporal, champo, un suéter en temporada de calor o una pasta dental?

La sociedad de consumo nos ha llevado a no poder distinguir lo indispensable de lo superfluo y al perder esta línea nos lleva a cometer errores que nos cuestan o la vida, o la libertad.

Y termino con Bauman: “Desde la cuna hasta la sepultura se nos entrena y ejercita para que nos acerquemos a las tiendas, como si éstas fueran farmacias repletas de drogas que sanan o cuando menos mitigan todas las enfermedades y aflicciones de nuestras vidas personales y de nuestra vida en común…

La Mirada holística de la Información

En Medio de los Medios

con Víctor Hernández