Sin Censura.-
Por: Víctor R. Hernández
El domingo 16 de junio de 2019, en Gómez Palacio, López Obrador visitaba la región después de la elección presidencial de 2018. El entonces gobernador José Aispuro Torres, quien a su estilo, carecía de un plan estratégico para transitar con el recién estrenado régimen morenista no aguantó la presión de los gritos de los chairos acarreados por Marina Vitela y decidió enfrentarlos ante la mirada complaciente y socarrona del ejecutivo federal.
Ante cientos de gritos de fuera, fuera, fuera!, Aispuro Torres (descolocado totalmente y encolerizado), respondió a la turba:
“¿Ya terminaron? Bueno, ustedes me dicen a qué hora terminan para continuar explicándole al señor presidente los problemas que hay aquí”.
Como la rechifla y la gritería en su contra se mantenía, el gobernador duranguense explotó:
“¡¡Muchos de ustedes vienen y gritan acá y cuando tienen que dar la cara no tienen el valor para hacerlo. Yo sí lo tengo, les puedo hablar de frente, porque no le debo nada a nadie, porque no me he robado ni un centavo y puedo ver a todo el mundo de frente, y ustedes, muchos de los que aquí están, representan intereses oscuros que no tienen la calidad para dar la cara!!”.

Ese mismo día y en una de sus primeras acciones autoritarias, López Obrador cancelaría la construcción del Metrobús en Gómez Palacio y que aliviaría el fuerte problema de transporte que viven los miles de trabajadores que diariamente cruzan hacia Torreón para trabajar.
El sábado 6 de septiembre de 2025, seis años y dos meses después de esa lastimosa escena, el gobernador Esteban Villegas recibe en el municipio de la capital, a Sheinbaum Pardo, en donde tres meses antes maltrató severamente, en las elecciones de junio pasado, a Morena, el partido de Claudia, enviándolo hasta el vergonzoso tercer lugar, abajo de Movimiento Ciudadano.
Claro, con estrategia y un buen equipo de colaboradores, Villegas Villarreal no sólo no fue abucheado, fue aplaudido y vitoreado por parte de los asistentes que, claro, habían llegado para neutralizar a los morenistas acostumbrados a abuchear y chiflar a quienes no son de su partido.
Pero, también, el colmillo retorcido del gobernador priista fue definitivo para mantener el ambiente de fiesta que comenzaba a surgir con la visita presidencial.

“Pongámonos de pie para brindarle un fuerte aplauso a la presidenta de todos los mexicanos Ayúdenme, por favor, a ponernos de pie y brindarle un aplauso fuerte, sincero a la presidenta de México. A la primera presidenta de este país. “Presidenta en Durango se le quiere y se le respeta y aquí tiene su casa. ¡Presidenta, presidenta, presidenta, presidenta! Y de inmediato, el gobernador logró unir más de 10 mil voces en una sola voz.
“Aquí en Durango, estamos unidos, presidenta”, cerró el gobernador en medio de aplausos.
Esteban Villegas Villarreal
Por su parte, Sheinbaum Pardo, inicio su mensaje agradeciendo al mandatario estatal su bienvenida.
“Gracias gobernador constitucional del estado de Durango. Gracias Esteban Villegas Villarreal por esta recepción, aquí en el estado de Durango”.
Luego anunció:
“Hemos estado trabajando de la mano del gobernador y de todos los habitantes de Durango. Porque hoy se trata de gobernar a México, de salir adelante todos juntos.
“Hace algunas semanas vinieron a visitarme el gobernador de Durango, junto con el gobernador de Sonora y Coahuila, acompañados con asociaciones ganaderas y tomamos una decisión conjunta.
“Está bien que sigamos exportando ganado a los Estados Unidos, pero en el marco del Plan México tomamos la decisión de hacer un plan integral para la producción de carne en Durango, en Sonora y en Coahuila.
“Y por ello, hoy anuncio para Durango, una inversión de 700 millones de pesos para apoyar la producción de carne, de la mejor calidad. Esto implica la entrega de sementales bovinos, la creación de un fondo para engorda de sementales y la creación de centros de producción de carne de la mejor calidad, para el consumo nacional y para la exportación”.
Claudia Sheinbaum
Además, refrendó el compromiso federal con proyectos estratégicos como la Presa Tunal II, más preparatorias y una nueva universidad, mientras más de 830 mil duranguenses reciben pensiones, becas y programas sociales por más de 14 mil millones de pesos.
A Esteban le tocó gobernar dos años con el presidente López Obrador, a quien le sacó el compromiso de construir la potabilizadora y aprobar el proyecto de la presa Tunal II.
Con Claudia, al mandatario le toca gobernar cuatro años de los que ya consumió uno; le faltan tres.
Y su plan de primero “enamorar” a López Obrador y fortalecer la estrategia de conquistar a Claudia Sheinbaum, en base al buen trato y una relación sincera y transparente, no sólo le ha dado como resultado el amarre de la construcción de la Tunal II, ahora la presidenta morenista le autoriza un programa integral para atender la crisis que enfrenta el sector ganadero de la entidad y su propuesta de crear centros de producción de carne se convertirán en un modelo nacional, que por lo pronto se replicará en Coahuila y Sonora.
El hacer de Durango el GIGANTE industrial del norte del país, no sólo implica buenos deseos y un buen discurso, exige visión de futuro, planeación y el desdoblamiento de una propuesta civilizada y transparente de buenas relaciones con la federación y la presidenta de México.
Hoy, Durango está lejos, muy lejos del Durango desesperado, frustrado que modeló José Aispuro Torres.